¿Por qué se aíslan lxs adolescentes? Claves para entender el silencio
29/05/2025La familia es uno de los primeros espacios donde aprendemos a ser con otros, a confiar, a cuidar, a poner límites y a recibir afecto. Pero no siempre es un entorno sencillo: muchas veces, las familias transitan tensiones, duelos, silencios, desencuentros y transformaciones que afectan el bienestar de sus integrantes.
🌿 La familia no es estática
Lejos de ser una estructura fija, la familia es una red dinámica y cambiante. A lo largo del tiempo, se reconfigura: nacimientos, separaciones, adolescencias, enfermedades, partidas… Cada etapa trae consigo nuevas preguntas, roles y tensiones.
No hay una única forma de ser familia. Lo importante no es la forma, sino la capacidad de sostener vínculos que cuiden, acompañen y permitan el desarrollo de cada integrante.
🧩 ¿Qué entendemos por vicisitudes?
Hablamos de «vicisitudes» para referirnos a esos cambios, conflictos o situaciones inesperadas que pueden desestabilizar a la familia o ponerla a prueba. Por ejemplo:
Cambios en la economía del hogar
Aparición de una enfermedad crónica
Conflictos generacionales (muy comunes en la adolescencia)
Duelos no elaborados
Secretos familiares o temas tabú
Frente a estas situaciones, es frecuente que surjan emociones contradictorias: miedo, enojo, tristeza, frustración. No siempre se cuentan. No siempre se entienden.
💬 ¿Cómo abordar estos desafíos?
La clave no está en evitar el conflicto, sino en habilitar espacios para hablar de lo que duele o incomoda. Escucharse, reconocer las diferencias, y no dar por sentadas las necesidades del otro puede hacer una gran diferencia.
En este proceso, la terapia familiar o individual puede ser de gran ayuda, especialmente cuando:
Hay dificultades para comunicarse sin herirse
Se repiten patrones que generan malestar
Hay miembros que se sienten excluidos o poco escuchados
Se vive una crisis importante y no se sabe cómo afrontarla
❤️ La sexualidad también habita la familia
Como sexóloga, también acompaño procesos donde la sexualidad aparece como dimensión importante dentro de los vínculos familiares: hablar de educación sexual con hijxs, aceptar orientaciones o identidades diversas, acompañar procesos de pareja que atraviesan crisis, o comprender cómo las creencias familiares pueden influir en la vivencia del cuerpo y el deseo.
Toda familia puede atravesar momentos difíciles. Pedir ayuda no es un signo de fracaso, sino un acto de cuidado.
Cuando las palabras no alcanzan, la terapia puede ofrecer un espacio para volver a encontrarse desde otro lugar.